El monte más alto de Grecia es el Monte Olimpo. Sus paredes de roca muy escarpadas hacen casi imposible escalarlo. Tan alto es que casi no se puede ver la cima, siempre rodeada por nubes.
Allí, en la cima del Olimpo tenían su palacio los doce dioses más importantes de los griegos.
El palacio había sido construido por los Cíclopes.
El palacio estaba construido como los palacios de los reyes. O sea que era muy grande y fastuoso.
Tenía muchos departamentos para que cada uno de los dioses viviera cómodamente y un salón donde se reunía el Consejo donde estaban dispuestos los tronos de los dioses.
El palacio también tenía comedores, cocinas, salas de armamentos, habitaciones para la servidumbre, establos para los caballos, perreras para los sabuesos y hasta un zoológico donde guardaban a sus animales sagrados. Estos incluían a un oso, un león, un loro, un águila, tigres, una vaca, una tortuga, un hurón, bueyes blancos, una lechuza, un ciervo, una cigüeña, cisnes, ratones y un estanque lleno de peces.
Era un lugar situado en la región más profunda de la tierra. Mucho más abajo que el reino de Hades o el infierno.
El lugar estaba rodeado por una muralla triple. Tenía una torre de vigilancia y una enorme puerta que era imposible atravesar hasta para los propios dioses.
Los dioses encerraban en el tártaro a sus peores enemigos. También iban a parar allí los grandes criminales, después del juicio de las almas.
Cuando las ánimas descendían al Tártaro, cuya entrada estaba en un bosque de álamos negros, los familiares de los muertos les colocaban una moneda en la boca, bajo la lengua para poder pagar su entrada. Las ánimas que no llevaban la moneda tenían que esperar eternamente para poder entrar o buscar una entrada lateral, donde un perro llamado can Cerbero, esperaba dispuesto a devorar a los intrusos. Zeus envió allí a los Titanes después de una gran batalla.
Era un lugar tan escalofriante que hasta los mismos dioses le tenían miedo.
Los oráculos no eran precisamente lugares sino parte de la religión. Había algunos establecidos. De Zeus en Dodoma, De Apolo en Delfos.
Los Oráculos eran formas de consultar sobre el futuro. Aparecen en muchos mitos y leyendas. Cuando algún héroe va a llevar a cabo algún viaje, batalla, o aventura, primero consulta al oráculo para saber qué riesgos tendrá que afrontar.
Cada oráculo tenía su sistema de adivinación. El vuelo de los pájaros, los sueños, el crujido de hojas y otros.
Los laberintos son construcciones llenas de pasadizos tramposos. Pasillos sin salida y recovecos que no llevan a ninguna parte. Están construídos de tal manera que una vez que alguien entra es imposible encontrar la salida.
Es famoso el laberinto del Minotauro en Creta.
Puedes ver Leyendas Mitológicas.
El país de las Hespérides estaba ubicado en el extremo occidente, al borde del río Océano y muy cerca del monte Atlas. Estaba custodiado por las Hespérides. Hijas de la estrella de la tarde. Estas ninfas, de dulce y melodiosa voz, según las leyendas tradicionales eran hijas de Zeus y Temis.
Ellas custodiaban un jardín maravilloso, lleno de fuentes de ambrosia, cuyos árboles estaban cargados de frutos en todas las estaciones del año, llamado el jardín de las Hespérides.
Este jardín estaba consagrado a la diosa Hera, porque ella había plantado allí las manzanas de oro que le regaló la diosa tierra, Gea, como regalo de bodas.
El árbol de las manzanas de oro era custodiado por el dragón Ladón.
A las puertas del jardín se encontraba el gigante Atlas, sosteniendo la bóveda celeste sobre sus espaldas.
También llamados "Campos Afortunados" o "Islas de los Bienaventurados", era un territorio feliz donde eran llevados los mortales favorecidos por los dioses sin probar la muerte para que gozaran de la felicidad eterna.
Los Campos Elíseos quedaban sobre el margen occidental de la tierra bañados por la corriente del Océano.